8 mar 2011

P A R A G U A Y

MIEDO DE QUE LA MAFIA COMPRE TODO

El analista José Carlos Rodríguez sostiene que el mayor miedo que se tiene dentro del Partido Colorado es que Horacio Cartes compre el partido, y que  afuera “hay miedo de que él tenga ligazón con la mafia” y que final mente la mafia se haga cargo del país. “Cómo sacarla después es casi un imposible”. Dice que afuera del país también existe este temor. “Es una cuestión estratégica, no táctica”. Sostiene que la mafia se ha hecho cargo de vastas zonas fronterizas, pero que de algún modo su control territorial no ha atravesado completamente el sistema político.  Luis M. Castiglioni, por ejemplo, dice “es un hombre rico, pero es un político” . Horacio Cartes, por su parte, “solo es un hombre rico”. El empresario Horacio Cartes pretende candidatarse a la presidencia del país y en primer turno participar en las internas de renovación de autoridades el domingo 13 de marzo con candidaturas propias. Lo de Horacio Cartes aparece en tapete con mayor fuerza luego de las elecciones municipales, en las que se vio una afirmación de la derecha paraguaya, principalmente a través del Partido Colorado, sostiene el analista José Carlos Rodríguez. Dice que esta afirmación también se da luego de que esta derecha frenara al gobierno de Fernando Lugo en sus intenciones de mayor inversión social.
Lugo no hace una política de izquierda –sostiene–, sino una política razonable en términos de inversión social que aún es muy baja. Aun así la “derecha paraguaya se opone a estándares ya aprobados por organismos internacionales como los impuestos progresivos: que los ricos paguen más”.


LA ANR CONFIRMO QUE NO PUEDE VIVIR SIN AMOS

 La convención fue convocada para modificar los estatutos partidarios con el único objetivo de beneficiar a una persona: Horacio Cartes, empresario multirrubro, banquero, dirigente deportivo afiliado en el 2009 a la ANR en su momento más débil: en la llanura, sin el dinero fácil del Estado y con profunda crisis de liderazgo. Su fortuna fue la salvación y la prueba fueron las elecciones municipales en las que la ANR tuvo una espectacular recuperación. Eso lo consolidó y le facilitó el siguiente paso: levantar la prohibición en el estatuto que exigía 10 años de militancia para acceder a cargos electivos. Lo logró con poco esfuerzo político y alto costo económico.
Cartes no es un mecenas, alguien que patrocina por puro amor al arte. Es un empresario que invierte para ganar a cualquier precio. La maquinaria aceitada con los fondos de su gruesa y sospechada billetera dio su frutos y una mayoría absoluta alzó los brazos para allanarle el camino en medio de una acrítica asamblea marcada por la ausencia de debate, la irracionalidad y la
intolerancia. El resultado de esa convencion abre incógnitas no solamente sobre el futuro del Partido Colorado sino de la democracia misma, cuya consolidación es aún cuenta pendiente del proceso.
HORA DE LOS OUTSIDERS.
La transición a la democracia iniciada hace 20 años no fue aprovechada por los partidos políticos para ser convertirse en voceros de la ciudadanía y columna vertebral de la democracia. Mutaron en mafias que asaltaron el poder para consolidar grupos privilegiados en todos los niveles de la sociedad. Así, los partidos, ya sea en el poder o en la llanura, co–gobernaron a cambio de cuotas y por ellas han entregado sus banderas. La desconfianza se instaló en la ciudadanía y esa falta de credibilidad provocó el fenómeno de los outsiders.
Por eso un ex obispo es hoy presidente del Paraguay. En dos décadas, la oposición y especialmente el Partido Liberal Radical Auténtico, no logró construir líderes confiables para convertirse
en alternativa y así derrotar a su eterno enemigo, la ANR.
El Partido Colorado cayó en el 2008 tras estar 60 años en el poder. Su herencia política es un país en ruina económica, pero sobre todo moral. Para los colorados el poder político era su oxígeno. Les daba todo: dinero, posición social y una vida privilegiada que no se consigue con el trabajo honesto. La corrupción llegó
a límites inimaginables borrando todo vestigio de la moral en la vida pública.
Por eso la llanura no fue ni es para ellos un momento de reflexión para cambiar rumbos ni rever sus posiciones de cara a la gente. El fin de su hegemonía no fue una lección sino un empecinamiento en lo más perverso de su concepto del poder. ¿Quién podría solventarnos ahora? fue la frase que martilló sus cabezas.
Y rodó el operativo de encontrar un financista. Cartes fue el elegido. La política es un arma irresistible, sobre todo para el millonario al que ya no le satisface la tranquilidad económica.
La política es un camino para creerse Dios.

LA RAZÓN DEL ÉXITO
El camino de Cartes no fue muy difícil. Sus adversarios Luis Castiglioni y Nicanor Duarte Frutos son considerados los responsables de la derrota. La herida aún supura; por ello su alianza de último momento no convenció siquiera a sus capitanes. Varios de ellos abandonaron el barco por no digerir el alto costo de la supervivencia. Lo sucedido no es responsabilidad de Cartes. Él no es la causa, sino la consecuencia de una sociedad en decadencia cuyo valor se basa solamente en el dinero y en llegar al poder a cualquier precio.
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Los convencionales tampoco. En la cadena de mandos, ocupan el último lugar. Son los hermanos pobres de la casta política. Me decía un dirigente colorado "¿cómo culparlos de la traición cuando
me dicen que nunca en su vida vieron tanto dinero?" Y agregaba resignado que era imposible la contraoferta.
LO QUE SE VIENE.
Cartes tiene hoy la llave para llegar al Palacio de Gobierno. Aunque primero debe ganar la interna presidencial y luego las elecciones generales. Hoy el escenario le favorece. Castiglioni, el más prometedor para darle pelea está aún en el piso tras el knock out de la convención. No tiene otra que ganar la interna para mantener a flote su aspiración presidencial.
Cartes tiene el camino allanado en la ANR.


 




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