17 mar 2011

E L T E R E R E

NO  TODO  ESTA  ESCRITO  EN  LOS  LIBROS  
 El  tereré,  auténticamente  paraguayo 
 Existe una bebida que identifica al paraguayo, dentro de su país o en cualquier parte del mundo: el tereré. Su nombre pareciera responder a la onomatopeya que describe los últimos sorbos de la bombilla o el zumo que “levanta el ánimo” y sus orígenes se pierden en el pasado. Si bien es un legado de los guaraníes, se popularizó ante la necesidad de los soldados durante la Guerra del Chaco. De las cantarillas de barro y chacras el tereré pasó a los más modernos termos y a las redes sociales.
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En cualquier rincón del Paraguay existe un ritual que se repite los 365 días del año bajo cualquier condición climática: la preparación del tereré.  Las yuyeras, apostadas en cualquier punto de la ciudad, tienen un medio de vida gracias a esta costumbre y los agricultores se toman su tiempo para elegir las hierbas, según su propia prescripción: batatilla, perdudilla, kokû, cola de caballo, kapi’i katî, limón y cuanta hierba refrescante  haya legado la farmacopea guaraní.   
En tanto, las vendedoras de comidas para el “tereré rupa” también encuentran un trabajo digno con sus fritangas: empanadas, tortillas, sandwiches, chipá so’o.
Y aunque la tecnología haya avanzado enormemente y estemos perdidos en medio de la globalización la tradición y el sabor del tereré se mantiene intacto hasta hoy. Así la cantarilla de barro de las chacras ha evolucionado hasta llegar a los más variados y sofisticados termos forrados en cuero o jarras y guampas que ocupan el escritorio al lado de la computadora más moderna.
De ser una tradición hogareña el tereré ha pasado a ser un “patrimonio nacional” que motiva debates en el Congreso Nacional o en las redes sociales. Gracias a un intento de apropiación en el Brasil, donde registraron la bebida, en nuestro país se llegó a la institucionalización del “Día Nacional del Tereré” fijado por ley para el último sábado de febrero.   
El tereré también tiene una ciudad que le rinde culto con un festival anual en Itakyry, Alto Paraná. En estas circunstancias llegará al Bicentenario.  
  Orígenes del tereré  
Derlis Benítez, en su libro “El Tereré” (Editorial El Lector, 1998) explica que si bien existe una infinidad de versiones sobre los orígenes del tereré, la bebida tal cual la conocemos hoy (con agua fría) se popularizó durante la Guerra del Chaco y no nació durante la contienda como muchos sostienen o creen.
El autor se remonta a los tiempos de la conquista y colonización, pues los guaraníes fueron los primeros conocedores de la yerba mate (Ilex paraguayensis) que la consumían aunque es poca la documentación o los libros escritos sobre el tema.
A su llegada a estas tierras, los jesuitas trataron de erradicar su uso porque lo consideraban un vicio negativo y perjudicial. Es que los nativos empleaban la yerba mate como vomitatorio y como refresco consumiéndola de forma muy rudimentaria.
El padre Bartomeu Meliá en sus “Curiosidades Históricas” señala que ya se hablaba de la bebida hecha con yerba mate en agua fría en documentos del año 1655, aunque sin precisar nada más ni referírsele con el nombre de tereré. Tampoco se hablaba de elementos como la bombilla que aparece recién en el siglo XVIII, con la presencia de los españoles durante la conquista y colonización.
El padre Pedro Lozano en su “Historia de la Conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán” habla del uso de la yerba por los indígenas indistintamente en agua caliente o fría como un producto “que les alientan al trabajo, y da tanto vigor que no les deja sentir la falta de alimento...”.  
  Uso generalizado
  
Con la independencia de los países americanos cada uno de los pueblos se fueron formando sus costumbres, leyes y tradiciones en las que influyen las condiciones climáticas. De ahí se explica por qué en Argentina y Uruguay se impone el agua caliente con la yerba mate y en el Paraguay el agua fría o tereré tal como acostumbraban los indígenas.    En su recopilación sobre el tereré Derlis Benítez también cita un artículo de Manuel M. Ventre en el que señala que “la Guerra del Chaco popularizó un método de consumo, conocido siempre por los aborígenes: el mate frío o tereré, que hoy, al cabo de 60 años, se extendió de una manera extraordinaria, de tal forma que, según estudios, 8 de cada 10 paraguayos toman tereré...”.  
En su “Mundo folclórico paraguayo”, Mauricio Cardozo Ocampo agrega que “antes de la Guerra del Chaco, el tereré se bebía en algunas zonas del interior del país. En la gran contienda guerrera que abarcó los años 1932 a 1935, se generalizó el consumo del tereré”.   
Los razones eran varias. La primera fue la falta de agua limpia que obligó a “filtrarla” con la yerba mate para aplacar la sed de los soldados. También se dice que ante la cercanía del enemigo era muy riesgoso hacer fuego para tomar mate, así que se prefirió el agua natural. “Los soldados bebían tereré, encontrando en este el estímulo necesario para las largas horas de contienda. Lo cierto es que del Chaco vino el tereré transformado en costumbre nacional”, dice Cardozo Ocampo.   

Aporte de Bertoni  
Derlis Benítez en su investigación sobre el tereré da otro dato clave que indica en forma escrita que la bebida es muy anterior a la Guerra del Chaco. Cita que el sabio Moisés Bertoni (quien falleció antes de la contienda) describe que la parcialidad indígena de Pirapeih, hacia 1887, “no tenía ni siquiera mate ni bombilla: tomaban eventualmente la infusión en escudillas y directamente como cualquier otra tisana”.
Bertoni fue el primero en utilizar indistintamente las palabras “tareré” o “tereré” para referirse a la bebida “más conveniente que el vino para estas tierras y que los indígenas lo tomaban con agua fría en el calor y con agua caliente en el invierno”, aunque sin los utensilios necesarios. 
“El uso al cual se designaba la palabra tereré-tererekih o tareré-tarerekih, era la bebida elaborada con hojas de varias plantas medicinales, y cuyo zumo lo bebían (los nativos) en agua fría. La explicación que da Bertoni al significado etimológico de la palabra tereré es muy escueta y poco clara, pero se presta para comprender que dicha palabra designa: la bebida que levanta los ánimos, que estimula o alienta. Por extensión y analogía se empleó la palabra para dar nombre al nuevo uso de entonces: el mate frío, dice Benítez.
Conclusión“El tereré tal como lo conocemos en la actualidad (con guampa y bombilla), tuvo su origen ya hacia finales de la década del 60 (1860) en medio de la gran Guerra de la Triple Alianza (...) La zona específica donde posiblemente nació y tuvo mayor expansión, sería el norte de la Región Oriental, juntamente con la actual zona del Mato Grosso do Sul”, concluye Derlis Benítez.   
Y aunque hoy día existan quienes consideran que las rondas de tereré son un culto a la holgazanería, viéndolas dentro de la tradición y las costumbres genuinas de nuestro pueblo es un patrimonio nacional.

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